jueves, 30 de diciembre de 2010

RINCÓN DE: (Miguel Hernández) Fragmentos

Pablo: Un rosal sombrío viene y se cierne sobre mí, sobre una cuna familiar que se desfonda poco a poco, hasta entreverse dentro de ella, además de un niño de sufrimiento, el fondo de la tierra.   (De la dedicatoria a Pablo Neruda en El hombre acecha)

Hoy el amor es muerte,
y el hombre acecha al hombre.  (Canción primera)

Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.   (El hambre  I)

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.  (El hambre  II)

Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo,
van por la tenebrosa vía de los juzgados;
buscan a un hombre, buscan a un pueblo, lo persiguen,
lo absorben, se lo tragan.   (Las cárceles  I)

Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero.
Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma.
Son muchas llaves, muchos cerrojos, injusticias:
no le atarás el alma.   (Las cárceles  II)

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.   (Tengo estos huesos hechos a las penas)

Un carnívoro cuchillo
de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida.  (Un carnívoro cuchillo)

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.  (Vientos del pueblo me llevan)

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.   (Canción del esposo soldado)

A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.   (Beso soy)

Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.  (Hijo de la luz y de la sombra)

Dejemos el museo,la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
Ya sé que en esos sitios tiritará mañana
mi corazón helado en varios tomos.   (Llamo a los poetas)

Entusiasmo del odio,
ojos del mal querer.
Turbio es el hombre,
turbia la mujer.   (Entusiasmo del odio...)

Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos.  (Todo está lleno de ti)

Entre nuestras dos sangres
ha de suceder algo,
un puente como un niño,
un niño como un arco.  (Entre nuestras dos sangres...)

Qué cara de herido pongo
cuando te veo y me miro
por la ribera del hombro.  (Qué cara de herido pongo...)

Herramienta es tu risa,
luz que proclama
la victoria del trigo
sobre la grama.
Ríe. Contigo
venceré siempre al tiempo
que es mi enemigo.   (Con dos años, dos flores...)

¿Quién llenará este vacío
de cuerpo desalentado
que dejó tu cuerpo al mío?   (¿Quién llenará este vacío...?)

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