lunes, 6 de septiembre de 2010

LA FAMILIA

Siempre he sido un tipo de lo más corriente. Crecí con mi clan, y si he der ser fiel a la verdad, las tres o cuatro cosas fundamentales que hay que saber para manejarte en esta vida, me las inculcaron ellos. Si soy un hombre decente, honrado y trabajador, lo es más por sus propios méritos, que por mi convicción de serlo.

Así, poco más o menos, han ido sucediéndose mis días, sin grandes sobresaltos; cumpliendo en todo lugar y momento con las enseñanzas de mi grey. De esta manera nací, crecí, y me multipliqué, por aquello tan humano de perpetuar la especie y - por qué no decirlo - de prolongar mi sangre.

Pero hay algo que se les quedó en el tintero a mis ancestros, o al menos yo no me atreví a preguntarles, como sí ha hecho esta mañana de viernes festivo mi hija Verónica, de seis años, conmigo. Su hermano mayor dentro de nada va a tener un crío, y no sé  qué rocambolesca explicación del caso le habrá dado, que, como digo, hoy mismo, mientras apuraba su tazón de cereales y yo me distraía ojeando la contraportada del AS, me ha mirado muy seria para preguntarme:
- Papi, cuando tú seas abuelo, ¿Quién va a ser mi padre?


JOAQUÍN GÓNZALEZ

1 comentario:

  1. Ha sido un placer leerte,Joaquín.Espero seguir haciéndolo a menudo desde ahora; ya de paso aprovecho para decirte que, por descontado, puedes "corregirme" todo lo que gustes,que falta me hace... ;-)

    También espero aprender de ti;así que, desde ya, tienes una atenta discípula...
    Te dejo un abrazo y mis saludos.:-)

    ResponderEliminar